En el aniversario de las cuatro décadas de democracia en Argentina, renovamos nuestro compromiso con la protección de las libertades y la defensa de los derechos humanos.
Este año, hace ya cuatro décadas que los argentinos recuperamos la libertad de elegir a nuestros representantes, un hito que vale la pena celebrar teniendo en cuenta las dificultades que superamos al dejar atrás un pasado violento e injusto.
Desde ese momento dimos paso a un período de paz, democracia, derechos y respeto a los valores republicanos y a la independencia de poderes como consagra la Constitución Nacional, que se sostiene hasta hoy.
Nuestro país se convirtió en un faro para la región y para el mundo entero, pionero en la defensa de los derechos humanos y las libertades civiles. Si bien nos quedan grandes desafíos por delante, la fuerza que tenemos nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos.
La democracia es el legado más importante que debemos cuidar. Es la protección de las libertades y la certeza de que los gobernantes tienen que responder ante la gente con compromiso y responsabilidad.
Es la posibilidad de construir con nuestras ideas, nuestro trabajo y nuestra esperanza, un país mejor.