Es de las construcciones más antiguas de Villa Tulumba. Caracterizada por paredes de adobe crudo, techos de caña y paja. Actualmente su conservación es excelente y original.

Fueron los Comechingones quienes esculpieron esta imagen del Sol. A casi un siglo del despojo, exponemos esta réplica en su lugar de origen, para que la fuerza y la belleza del padre Sol eterno, iluminen para siempre a nuestro pueblo. Realizado por el artista plástico Pablo Guerriero. Noviembre de 2021

La inauguración de esta Plazoleta está ligada a los festejos de la Primera Semana de Tulumba, organizados con motivo del homenaje al Granadero Tulumbano José Márquez. En esta Plazoleta se encuentra el famoso “Tala de Esquiu”, donde el Fray se encargó de bautizar y confirmar a cientos de Tulumbanos, bajo la sombra de este frondoso árbol. En la actualidad todos los actos patrios se realizan en el mástil de esta Plazoleta, realizando también peñas y festivales de la Semana de Tulumba.

Situado en el corazón de la Villa, es el principal atractivo turístico y religioso de Villa Tulumba. El Acta para la construcción de este templo, así como la colocación de la piedra fundamental, y la Cruz Misional fueron realizadas por el Siervo de Dios, Fray Mamerto Esquiú, en el año 1881. Su construcción comenzó en 1882 y terminó en 1892. De porte catedralicio, constituye el corazón de la Villa. En su interior guarda importante piezas de valor histórico y artístico, como la tricentenaria imagen de la Virgen Patrona de esta Villa, el Cristo Articulado de rostro mestizo, una imagen de la Virgen Dolorosa, y el Famoso Tabernáculo que perteneciera a la Compañía de Jesús de la Ciudad de Córdoba y más recientemente la realización del Camerino de la Virgen Patrona de esta Villa.

Los muros perimetrales internos de la iglesia presentan coloridas pinturas murales del artista plástico Martín Santiago.

Es una verdadera obra de arte de una sola pieza de cedro paraguayo pintado en hojas de oro, realizado por los pueblos originarios de las misiones del Guayrá para la Compañía de Jesús de Córdoba. Al ser los jesuitas expulsados en 1767, el tabernáculo pasó a la iglesia Catedral; pero, cuando en 1805 se lo reemplazó por uno de plata, el original de madera fue llevado nuevamente a la Tulumba. Esto se debió a que se hizo una gran colecta y Villa Tulumba fue el pueblo que más aportó oro y plata. Entonces, como agradecimiento, se nos cedió el Tabernaculo.

En 1592 llegó a Córdoba la imagen de la Virgen del Rosario. Apenas un cuarto de siglo después llegó a la Capilla de esta Villa. Posee todas las características de la imaginería del Siglo XVII. El actual manto fue donado por Don Augusto Casas, primer Intendente de esta Villa, conservándose el original en el Santuario. La historia de diez generaciones de tulumbanos se desarrollaron en algún momento frente a esta imagen: casamientos, muertes y aún terribles confesiones.

Tallado en madera, responde a la época del Barroco, donde se ponía el acento en el dolor humano. Sus brazos y cabeza son articulados. Por poseer la cabeza articulada, era usado antiguamente en la hora tercia del Viernes Santo, cuando su cabeza cae hacia un costado, como describen las escrituras que sucedió cuando Jesús entrega su espíritu al Padre. Se desconoce su origen, pero sí podemos asegurar que es tanto o más antiguo que la imagen de la Santísima Virgen.

Esta Capilla fue construida en los últimos años del Siglo XVII, en honor a la Santísima Virgen del Rosario, en terreno donado por Don Antonio de Ataide, el primer poblador de estas tierras. Su construcción de muros de adobe, cabreadas de madera y techo de pajas, fue ampliada y consolidada posteriormente. Su suelo guarda reliquias de cientos de Tulumbanos. Frente a la Antigua Capilla se construyó el primer cementerio, denominado “Campo Santo” en donde se encuentran sepultados los primeros pobladores de la región.

Es un moderno espacio donde se brinda información turística y cultural de manera interactiva, favoreciendo la Interpretación y el recorrido del Antiguo Camino Real al Alto Perú. Ubicado detrás de la Iglesia de Villa Tulumba, el centro cuenta con infografías, líneas de tiempo, salas de cine y sala multimedia dotada de pantallas táctiles con toda la información necesaria para recorrer el Camino Real.

El Centro de Interpretación del Camino Real fue realizado por el Gobierno de la Provincia de Córdoba junto con la restauración y puesta en valor de la Iglesia principal y las ruinas de la capilla, conformando un paseo arquitectónico, histórico y cultural sin precedentes en la región. En este Centro funciona como un derivador para los visitantes, ya que buscan viajar con rumbo norte para conocer las restantes postas históricas: San Pedro Viejo, San Pedro Norte, San Francisco Viejo, Posta las Piedritas- donde se encuentra el Monumento a Pancho Ramírez- hasta llegar a San Francisco del Chañar y Pozo del Tigre bien al norte cordobés.

El corazón de la Villa, una imagen configurada por el lleno de las envolventes de las manzanas donde confluyen los canales constituidos por la edificación continua y homogénea en altura con respecto a sus calles. Lugar predilecto de encuentros y reunión de amigos, y de muchos artistas plásticos que se inspiraron y plasmaron en sus lienzos esta pintoresca esquina. En la esquina diagonal encontramos una artística mayólica que alude al hecho de que recorriendo las calles de Tulumba aparecen otros hitos de gran valor patrimonial, se colocó esta mayólica anticipándose a este reconocimiento de la importancia de la conservación de la historia de nuestro pueblo. Obra del gran ceramista Fernando Arranz, en la que se lee:

No es posible hablar de la historia de Tulumba sin reseñar la vida de los Reynafé.

Don Guillermo Reynafé se casa en 1779 con una dama Tulumbana, Doña Claudia Hidalgo. Su familia se compone de nueve hijos. Los hijos varones tuvieron participación activa en la historia del Norte de la provincia, ya que todos ocuparon cargos de importancia en la faz militar.

En Villa de Tulumba, cuando se hizo la distribución de terrenos en 1796, se les otorgó el terreno que aún hoy se conoce como “ La Casa de los Reynafé”. Desafortunadamente esta familia entró en los anales de la historia de la Nación como responsables de la tragedia de Barranca Yaco, con la muerte del General Facundo Quiroga y todos sus acompañantes.

El edificio fue construido en un terreno de 30metros. De frente por 45metros de fondo, con su ingreso principal hacia el punto cardinal SUR.

El edificio de la actual Policía de esta Villa se edificó aproximadamente en 1908, siendo ocupado en 1913, como un proyecto de edificación del Gobierno de Ramón J. Carcano.

La educación primaria en Tulumba tiene sus orígenes desde el período hispano. Al producirse la conquista, fueron llegando los sacerdotes denominados curas doctrineros, los que acompañados por frailes misioneros recorrían esta comarca, evangelizando a los indios y a los hijos de la nueva población nativa que se había formado.

Según archivos del Ministerio de Educación, consta como fecha de fundación de la Escuela de Varones el 31 de marzo de 1875, imponiéndosele el nombre actual de “Obispo Olegario Correa” el día 12 de abril del año 1910.

Exitoso comerciante que proveía de mercadería a una gran región del Norte de Córdoba. Su esquema tipológico está organizado alrededor de dos patios con volumetrías en U enlazadas. El tipo se remonta a la época colonial aunque el presente caso incorpora ya el lenguaje de la arquitectura italianizante.

La señora María Teresa Posse de Raedmaecker, visitante de la localidad observó un día un grupo de grandes piedras y una de ellas parecía una gruta. Entonces comenzaron con el proyecto de hacer la “Gruta de la Virgen de Lourdes”

El día 11 de febrero de 1936 se llevó la virgen en procesión desde la iglesia hasta donde sería su morada.

A partir de allí todos los 11 de cada mes se reza el Rosario en el lugar.

Primer monumento de carácter religioso levantado en el país, en honor a los Granaderos a Caballo del General San Martín, caídos en el Combate de San Lorenzo, entre los que se encontraba un hijo de Tulumba, el Granadero José Márquez. Originalmente estuvo enclavado al Este de la Villa, sobre un montículo de piedras lo que le valió el nombre de “Cristo de la Piedra“. Posteriormente, en el año 1960, cambió de emplazamiento adonde se encuentra hoy.

El Municipio de Villa Tulumba es uno de los más antiguos de la Provincia de Córdoba. El ordenamiento municipal está dado por el Art. 5° de la Constitución Nacional de 1853, donde se dispone que las provincias deben asegurar el régimen municipal.

Monseñor Durán residía en la ciudad de Santa Fe, sin embargo desde muy joven pasaba toda la temporada veraniega en Tulumba, junto a su madre.

Era muy conocido en el pueblo, se transformó en uno de esos personajes distinguidos de la Villa. Su trato amable, y el afecto que sentía por las tradiciones y costumbres del lugar, hacían que su persona recibiera el afecto cariñoso de todos los pobladores.

A Tulumba le llegó el hermoso himno con letra y música de su autoría. Fue un gran animador y colaborador de la Primera Semana de Tulumba (año 1942), en homenaje al ganadero José Márquez, hasta su fallecimiento producido en 1954.

La casa que perteneciera en la Villa a Mons. Alfonso Durán ha sido declarada de ”Interés Histórico Provincial”, hace unos años.

Fue inaugurada en 1990 en honor al Suboficial Mario Enrique Flores, que ofrendó su vida en defensa de la Patria, en el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano durante el conflicto del Atlántico Sur. A partir del año 1992 dejó establecido el día 02 de Mayo de cada año, la fecha de homenaje al Suboficial 1º Mario Enrique Flores.

Antigua Cruz de madera maciza, se encuentra frente a la actual Plazoleta “Malvinas Argentinas. Una vez terminado el templo, fue llevada y colocada en el lugar en que se encuentra actualmente. Resistente a las inclemencias del tiempo aún podemos visitarla. Hasta hace algunos años, se realizaba una misa frente a esta cruz en los meses estivales en homenaje al Suboficial 1º Mario Enrique Flores.

Ubicada a unos 5km de Villa Tulumba, se construyó sobre unos de los picos más altos en el año 1945, La Ermita del Cerro, se venera allí la imagen de la Virgen del Cerro, tallada en un solo bloque de piedra. Es considerado el Primer Monumento Nacional levantado en el País, como homenaje a las madres de los próceres argentinos.

Agreste y tranquilo, con asadores, mesas y sillas, este atractivo veraniego es especial para refrescarse. Sin embargo, cualquier época del año es excelente para recorrer su naturaleza. Es un lugar recomendado con mucho césped natural para hacer picnic y mateadas. Aquí el relax está asegurado mientras que se escucha el canto de los pájaros. También cuenta con dos piletas construidas en hormigón armado y revestidas en piedra.

Actualmente disponemos un área de servicios al que también se le suele llamar “el parador del molle”. La misma posee sanitarios con duchas, cocina equipada, asador, salón comercial y bar, una vistosa explanada en granito molido, casa para cuidador y proveeduría. Todo el complejo es abastecido con energía solar y comprende una superficie de 4700 metros cuadrados de bosque autóctono.

Ubicado detras de la Hostería Municipal, comprende la historia de Villa Tulumba y las riquezas patrimoniales y culturales que nos caracterizan. Previamente se realizó un trabajo de investigación del Museologo Eduardo López y su equipo, esto logrará que se pueda comprender la historia sin necesidad de un guía, ya que esta se cuenta por si sola. Algo simple pero a la vez atractivo para el pueblo y los visitantes.

Viniendo desde Dean Funes por la ruta 16, te encontraras con este atractivo. Será necesario ascender para apreciar el paisaje que comprende toda la Villa. Amanecer y atardecer. Debido a su altura, se puede observar a lo lejos en la loma, el Cristo de los Granaderos. De noche, especialmente en verano, es realmente maravilloso observar las estrellas en su totalidad.